Oaxaca, Oax.- Deber�a ser muy preocupante y poco satisfactorio saber que en los casi cinco d�as que han transcurrido desde que ocurri� el terremoto del pasado siete de septiembre, varias de las noticias m�s trascendentes e influyentes entre la poblaci�n, han sido mentiras. Esto refleja la enorme capacidad que tienen las redes sociales para difundir todo tipo de informaci�n �incluida la falsa�, pero sobre todo la susceptibilidad de la gente para darle cr�dito a noticias que son s�lo aparentes y desde�ar la posibilidad de otorgar valor a la informaci�n �y a los medios� verificables. Esto resulta por dem�s traum�tico frente a una crisis como la que se vive en varias regiones de Oaxaca, luego del terremoto.

En efecto, en los �ltimos d�as se han propagado todo tipo de informaci�n falsa relacionada con el terremoto ocurrido la noche del pasado jueves, y un problema importante radica en que mucha gente le ha dado m�s cr�dito del debido. De hecho, esa persistencia malintencionada nos hace pensar en el hecho de que vivimos en la era de la posverdad, en la que pareciera que s m�s importante la apariencia que lo que realidad puede ser verificable. Pudi�ramos pensar que ese fen�meno no nos toca ni corresponde, aunque lo cierto es que a la luz de los hechos estamos viviendo una demostraci�n de ello.

�De qu� se trata? De acuerdo con Katharine Viner, citada por Arnoldo Kraus (http://eluni.mx/2h9Qs7y), la �posverdad� denota circunstancias en que los hechos objetivos influyen menos en la formaci�n de la opini�n p�blica, que los llamamientos a la emoci�n y a la creencia personal. Viner, directora de The Guardian, al reflexionar sobre el tema, asegura que �la nueva medida de valor para demasiados medios es la viralidad, en vez de la verdad o la calidad�. Elegir, decantarse por una situaci�n o una persona, escoger entre un �no!, o un �s�!, sin corroborar, sin escrutar, sin elementos para construir una opini�n, conlleva peligros. Ignoro los motivos por los cuales los hacedores del Diccionario Oxford escogieron posverdad como palabra del a�o; la raz�n m�s plausible es Donald Trump, y en segundo t�rmino el movimiento Brexit (de Britain y Exit; salida del Reino Unido de la Uni�n Europea).

Incluso, en 2004, Ralph Keyes, ensayista estadounidense, public� el libro La era posverdad: deshonestidad y decepci�n en la vida contempor�nea, como una forma de prever esto que ahora presenciamos casi ante cada hecho relevante de nuestra existencia. En una entrevista reciente se le pregunt� a Keyes ��Cu�les son las consecuencias de que la sociedad deje de buscar la verdad?�; su respuesta fue precisa, �Vamos a dejar de confiar unos en otros, porque ya no sabremos qui�n est� siendo honesto con nosotros y qui�n no. Sospecho que las consecuencias de vivir en un mundo posverdad ser�n cada vez peores��.

Ello, en su dimensi�n, es exactamente lo que ocurre en Oaxaca ante el terremoto del pasado siete de septiembre. �Qu� hemos visto? Junto con los hechos, hemos visto todo un mar de informaci�n falsa que profusamente circula a trav�s de algunas cuentas en redes sociales, cadenas de mensajer�a instant�nea, y chats de noticias que manejan ciudadanos interesados en informaci�n pero que en realidad muchas veces tienen poco o nulo cuidado en

corroborar que lo que publican o retransmiten, es cierto. De esa manera, las apariencias y la desconfianza le han ganado un importante espacio a la informaci�n, y con ello han generado percepciones por dem�s riesgosas.

INFORMACI�N FALSA

En un breve recuento realizado por esta columna, pueden hallarse cuando menos siete episodios distintos de informaci�n falsa relacionados con el reciente terremoto. La primera de esas notas fue una relativa a que un supuesto comit� de expertos de la ONU alertaban que durante las siguientes 48 horas al primer gran movimiento s�smico, ocurrir�a un segundo terremoto de dimensiones todav�a mayores.

Incluso, la supuesta informaci�n ofrec�a ubicaciones, magnitudes y posibles da�os y p�rdidas humanas que esto ocasionar�a. Tuvo que salir a las cadenas nacionales de televisi�n un grupo de expertos �esos s� de la UNAM y del Sismol�gico Nacional para reiterar lo que ha sido sabido desde siempre: que ese supuesto comit� de la ONU no existe y que esa organizaci�n jam�s se atrever�a a difundir informaci�n falsa de esa magnitud; y que, ni ahora ni nunca, los sismos han podido ser predichos.

Luego vino otra informaci�n. Se dijo que la noche del terremoto habr�a un tsunami. Alguien rescat� fotos de otros eventos en los que el mar se ha alejado de las costas, y dijo que esto ocurr�a en las playas de Oaxaca. Evidentemente esto provoc� m�s alarma y preocupaci�n de la que ya hab�a por el sismo, hasta que en las primeras horas del ocho de septiembre se confirm� que ni hab�a ocurrido en Oaxaca y Chiapas tales alejamientos de las aguas, ni exist�a un riesgo real de que ocurriera un tsunami.

Despu�s, se propag� un video en el que un supuesto experto aseguraba que el sismo era consecuencia de las ondas irradiadas por el sol, y �de nuevo� que el gobierno �sab�a� tanto del sismo del pasado jueves, como de otros que ocurrir�n en fechas pr�ximas. Una vez m�s, la informaci�n circul� profusamente en redes sociales y servicios de mensajer�a instant�nea, alimentando la necesidad de la gente de creer en una apariencia, a�n a costa de desde�ar los conocimientos b�sicos respecto a la impredecibilidad de los movimientos s�smicos, y de que el gobierno pudiera saber de ello. Algo tan il�gico, sin embargo, fue cre�do a pie juntillas por miles de personas que vieron dicho video.

Como si algo faltara, entre el domingo y lunes se propagaron dos versiones m�s, tambi�n falsas: la primera, que conten�a supuestas instrucciones sobre qu� hacer para notificar al Fonden sobre los da�os en viviendas y dem�s inmuebles, para que el personal del Fondo iniciara el procedimiento para la obtenci�n de los recursos para ejecutar las reparaciones. La segunda informaci�n era la que se�alaba que la Presa Benito Ju�rez hab�a sufrido una fisura en su cortina principal, y que por esa raz�n las autoridades federales hab�an decretado la evacuaci�n de la poblaci�n que habita en Jalapa del Marqu�s. Ambas, evidentemente, eran notas falsas que incluso provocaron que el gobierno de Oaxaca emitiera sendos comunicados desmintiendo las versiones y precisando la situaci�n real que prevalec�a respecto a esos t�picos.

Ayer mismo se gener� informaci�n direccionada por �haters� �esos a los que se les conoce como �odiadores�, o promotores del odio en redes sociales� para acusar a diversos personajes pol�ticos de estar acaparando despensas o ayuda humanitaria para los damnificados, con fines pol�ticos. Hubo algunos se�alamientos que s� estuvieron corroborados con im�genes. Pero lo cierto es que buena parte de esa informaci�n estaba hecha con el objeto no de denunciar un hecho en concreto, sino de alimentar el odio en contra de alguna persona en espec�fico.

DAR VALOR A LA INFORMACI�N

Es importante, en este mar de informaci�n falsa, tener un criterio ecu�nime y sostenible para discernir entre lo que es real, lo que es falso y lo que es aparentemente real. Tan simple como que los sismos no son predecibles, o que la ayuda gubernamental debe llegar a trav�s de sus cauces y no de redes sociales o Whatsapp. Pero como hoy vivimos en el imperio de las apariencias� todo puede ser posible.

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@ortizromeroc