El PRI, el otrora partidazo que hoy se debate entre la vida y la muerte, prepara la elección de su dirigencia nacional, pero sus militantes no se ponen de acuerdo. Unos quieren votar con el viejo padrón, otros proponen la lista de los nuevos afiliados. Están tan trenzados que la elección puede terminar en tribunales.
Los del grupo “Atracomulco” cuyo cabecilla es el magnate Carlos Salinas, quieren ir a la votación interna con el viejo padrón de 6 millones de simpatizantes. Los opositores a este grupo dicen que el viejo padrón es ficticio y exponen sus razones: si esa cifra fuera realidad, José Antonio Meade hubiera obtenido mucho más que sus tristes 7.6 millones de votos.
SE REUNEN
Dicen que no hay peor ciego que el priista que no quiere ver la desgracia de su partido. Sumidos en la desgracia que significa el menor número de votos en su historia, no se ponen de acuerdo, siquiera, en cómo renovarse o morir.
Entre estas contradicciones estaba programada la sesión de Consejo Político priista para ayer lunes donde fijarían las condiciones.
Resuelta la disyuntiva y lanzada la convocatoria se abrirá la competencia.
Alejandro Moreno gobernador de Campeche y el ex rector de la UNAM, José Narro, tienen posibilidades reales. Los otros suspirantes Ivonne Ortega y Ulises Ruiz se quedarán en eso, en el suspiro. El campechano recibe el espaldarazo de la mayoría de los gobernadores priistas como quedó demostrado en la cumbre del Estado de México hace unos días. La cargada de búfalos es con Alejandro Moreno.
DECEPCIONANTES
El Morena, aunque arrasó con más de 30 millones de votos, empieza a caer. Dicen las encuestas que bajó 43.5 por ciento. Con el efecto Peje aún, y a pesar del notorio abstencionismo, se adjudicó dos gubernaturas y la mayoría en dos congresos locales, pero ya no aplanó.
El PAN se consuela con sus victorias municipales en Durango y Aguascalientes, en el congreso de Tamaulipas y por haber obtenido más votos que Morena en Puebla, aunque haya perdido gracias a los votos de los partidos coaligados con el me canso ganso poblano.
El PRI se anima por ser segunda fuerza política en Durango.
Dicen que en política “no se puede ganar todo y nunca se pierde para siempre”. Eso dicen los ilusos, pero la realidad es que el sistema de partidos -la “partidocracia”- resultó una gran frustración.
El llamado partido “de la esperanza” (Morena) empieza a caer en los mismos vicios y desvíos que sus competidores. En este momento, por ejemplo, dos presidentes municipales (Oaxaca y Pochutla), se pitorrean del llamado del presidente AMLO de “no más viajes al extranjero con cargo al erario” y se van de pinta con acompañantes y viáticos de primer mundo.
El PAN con su cinismo abyecto critica al Morena los mismos abusos y yerros que cometió en el poder.
El PRD en la picota pagando los excesos en que incurrieron sus tribus cuando se repartían el poder.
¿Dónde quedan los partiditos morralla como MC, PT, PES? En el repudio de los electores.
Está bien. Son las expresiones de repudio que la partidocracia se ha ganado a pulso. El riesgo es que el abstencionismo electoral seguirá creciendo y México podría llegar a la contingencia de tener gobiernos y representantes ilegítimos.