Por las benditas redes sociales me entero de que el robo de 14.8 millones de pesos del erario municipal de Huajuapan de León, no fue por un hackeo de las cuentas bancarias como dice la edil doña Juana Cruz. Sospechan que pudiera tratarse de un bien elaborado golpe, similar al que ejecutaron en julio del 2016 contra la tesorería de Santiago Atitlán. Incluso, hay conjeturas sobre dos empleados que trabajan para la alcaldesa. Estos personajes estaban en Atitlán cuando hubo un atraco con ese mismo modus operandi y por la misma cantidad.

El relato viene del comunicador Roberto Díaz que transmite su programa diario en su página de internet www.cydnoticias.mx en Huajuapan.

Dice que gracias a su auditorio descubre esta historia inefable concebida con la idea de ocultar la realidad de la desaparición de tanto dinero de las arcas de ese municipio mal gobernado en dualidad por doña Juana Cruz y su esposo Pedro Silva, ambos experredistas y hoy enchufados en el Morena. Por cierto, el señor Silva fue Secretario de Vialidad en el gobierno saqueador de Gabino Cue. Lo acusaron de traficar más de 5 mil concesiones de taxis, mototaxis y camiones del servicio público. No hubo ninguna consecuencia.

Primera suspicacia, el atraco de Huajuapan ocurrió en el 2019, la presidenta municipal Juana Cruz lo denuncia hasta el segundo semestre del 2020. El Congreso local con su apéndice llamado Órgano Superior de Fiscalización ni siquiera saben qué pasó. Como lo dije en mi entrega del pasado miércoles, fue la ASF la que, al auditar las cuentas de ese Ayuntamiento, descubrió el desfalco.

La segunda sospecha es del comunicador. Dice que se trata de una historia fantástica. “No se puede creer lo que está pasando en Huajuapan”. En el 2019 el gobierno federal entrego al gobierno municipal de Huajuapan de León, 57 millones de pesos para el fondo de aportaciones de infraestructura social municipal. De ese monto, misteriosamente desaparecieron catorce millones ochocientos sesenta y seis mil pesos de la cuenta bancaria municipal donde el gobierno federal deposita las aportaciones.

La presidenta municipal dijo que el 11 de diciembre de 2019 descubrió el supuesto “hackeo”, pero la denuncia judicial la presentó hasta el 16 de julio del 2020 ¡Medio año después!

Cuando la ASF descubrió el desfalco, la alcaldesa solo dijo: “tengo la idea de que se trata de un hackeo”.

BAJO SOSPECHA

El comunicador se extraña por dos coincidencias que descubren el modus operandi para robar dinero público. La primera similitud se da entre el 1 de enero y el 23 de julio del año 2016 en el municipio de Santiago Atitlán donde también desaparecieron la misma cantidad, 14 millones de pesos. Otra rara coincidencia de lo que pasó en Huajuapan es que dos ex funcionarios del municipio de Santiago Atitlán son actualmente empleados del Ayuntamiento de Huajuapan. Estos dos personajes fueron encargados de las finanzas municipales en Santiago Atitlán en 2016 cuando también desaparecieron 14 millones de pesos. Casualmente hoy los mismos son encargados de las finanzas municipales en Huajuapan. Rara coincidencia ¿no?

Menciona que Marcos Avendaño Bautista y Jesús Alberto Avendaño Alarcón son actualmente funcionarios del ayuntamiento de Huajuapan y casualmente tienen las mismas funciones en el manejo financiero que realizaron en el pueblo Mixe de Santiago Atitlán. Ambos se desempeñaban allí durante aquella misteriosa sustracción.

El colega comunicador afirma que hay antecedentes documentales en contra de Marcos Avendaño como encargado de la administración municipal y Jesús Alberto Avendaño como tesorero municipal cuando se esfumaron esos catorce millones doscientos treinta y dos mil pesos.

También se pregunta ¿La alcaldesa Cruz no sabía antecedentes de sus empleados? Posiblemente, pero con tantas coincidencias no puede decirse sorprendida y menos inventar algo tan inverosímil como es el supuesto “hackeo” de sus cuentas. Las coincidencias en torno a los dos desfalcos necesariamente deben llevar a investigaciones profundas de las autoridades federales.

Establecer un fraude cibernético corresponde al banco y a la policía especializada, pero el tema alcanza mayor suspicacia cuando sabemos que la alcaldesa hace la denuncia penal medio año después y los que conocen todos los datos para el manejo de las cuentas en la banca electrónica, son sus empleados “de confianza”.