En el desorden en que se ha convertido el reparto de despensas para los damnificados por el sismo --tanto que hasta militares y policías federales se confrontaron y dijeron leperadas en la Base Aérea Militar de Ixtepec--, uno ya no entiende quién sí puede entregar los víveres y quién no.
Se supone que el gobierno federal y el estatal se pusieron de acuerdo y ordenaron que fuera exclusivamente el Ejército Mexicano, para evitar actos proselitistas de diputados, políticos y funcionarios, como venía sucediendo. Pero resulta que los ganones son los priistas: del gobierno federal y del estatal. Secretarios de Despacho de Oaxaca y de México van y vienen; se toman fotos, abrazan a las víctimas, les llevan apoyos… hacen malabares y medio para alardear que están ayudando. Entonces, ¿ellos sí pueden y los demás no? O de qué se trata el juego político.