El rudo golpeteo entre los del círculo cercano a López Obrador, se tornó más grotesco en los mítines que encabezó en Miahuatlán y Guelatao.
Aunque se esperaba, no dejó de asombrar el repentino brinco de Francisco Martínez Neri al partido Morena. Los más espantados fueron Oswaldo García Jarquín y Salomón Jara. El primero está, francamente, aterrado ante la posibilidad de que el ex perredista lo sustituya como candidato a la presidencia municipal capitalina.
Este joven se tranquilizó cuando alguien le habló al oído y le dijo que Neri no quiere ser candidato porque no pasaría la prueba de las urnas. Que sus sueños guajiros lo llevan a pensar que, a cambio de abjurar del PRD y de acarrear votos para Morena y otros apoyos, el mesías lo haga subsecretario de la SEP. Bueno, si es que llegara a ganar. Suponen que este cargo lo merece por haber sido rector de la Universidad Autónoma de Oaxaca. Soñar no cuesta pero allí no terminan sus ilusiones. Ha dicho a sus paisanos de Zautla que, desde la subsecretaría de educación podría ser candidato a gobernador.
Pero el que conjetura que Francisco puede ganar los afectos de su adorado Peje, es Salomón Jara. Esto no es mera suposición y puede ser la causa de la tremenda rivalidad entre estos dos por ganar los oídos del Peje.
Neri sabe que Jara es un serio obstáculo para ingresar al primer círculo de AMLO. A eso atribuyen los gritos de “fuera Salomón” en los eventos de Miahuatlán y Guelatao. En aquella población dicen que, con tal de llamar la atención del candidato López, ordenó la colocación de pancartas del PRD en apoyo a AMLO. Los amarillos consideran tal atrevimiento como “alta traición”. A eso se debe que el PRD anuncie auditoría contra Neri.
Por los sucesos durante la visita del candidato del Morena, se nota que la competencia de intrigas la ganó Martínez Neri. Salomón aguanto los gritos y rechiflas.
Otros tránsfugas del PRD y neo arribistas del Morena, también temen a la capacidad de intriga del ex rector de la UABJO. Dicen que su complot apunta igual hacia la zona del Istmo donde no quiere que Carol Altamirano gane la diputación. Los enterados suponen que los desaires contra Susana Harp y el propio Carol, en Tehuantepec, no son fortuitos. Algunos suspicaces ven detrás del vacío en la campaña de los morenistas, la mano de la edil de Tehuantepec, Yesenia Nolasco hechura política del diputado perredista José Antonio Estefan.
No hay que olvidar que el candidato del PRI a la diputación por ese distrito es José Antonio Estefan Jr. Disputa la curul con el neo-morenista Carol. Obvio que Estefan padre, desde el PRD y aún con las influencias de su ex pastor Martínez Neri, buscará la manera para que su hijo gane.
A CUENTAS
Se quedó corto Raymundo Carmona Laredo, líder estatal del PRD, cuando mencionó dos mil millones de pesos que, supuestamente, administró el “chaquetero” Francisco Martínez Neri. Los enterados me dicen que el monto fue mucho mayor. El dinero sería para repartirlo entre sus compañeros de bancada. Manejó el recurso a su libre albedrío y sin transparencia. Aun así se atrevió a botar la coordinación de los amarillos y hoy es un perredista tránsfuga.
Diputados del mismo partido me dicen que las multimillonarias tajadas de dinero público que recibió el ex coordinador, son embutes que acuerdan los partidos con el Ejecutivo federal para que los diputados, de todos los colores, aprueben iniciativas de ley que les ordenan y, supuestamente, para atender gestoría de sus electores.
Es tanto el dinero que fluye, gracias a los oscuros convenios del congreso, que los coordinadores y directivos en la Cámara, terminan enriquecidos brutalmente. El monto más cuantioso y que termina por beneficiar a los diputados que, supuestamente, gestionan obras públicas, proviene principalmente de los “moches”. Son cuantiosas bolsas que el Presidente de la República a través de la Secretaría de Hacienda, ordena entregar a la Cámara para que los distribuya discrecionalmente entre los coordinadores y estos a su vez a sus diputados.
Un conocedor del tema lo explica: Casi siempre, en las últimas horas de plazo anual para aprobar la Ley de Ingresos del poder Ejecutivo federal, los diputados no alzan la mano hasta recibir el monto de los “moches”.
En el 2007, dirigentes de la Federación Nacional de Municipios de México, asistieron a la Cámara de Diputados para hacer una petición sin precedentes: que se reactive el Fondo de Pavimentación Municipal ¿saben de cuánto? De ¡diez mil millones de pesos!
La intención podría pasar desapercibida si no fuera porque ese dinero es el que integra el famoso fondo de los “moches”, con los que diputados, alcaldes y constructores llenan sus alforjas con dinero público y que llegó a ser tan polémico que pidieron fuera anulado del Presupuesto de Egresos de la Federación.
Al llegar EPN a la presidencia, disfrazó el método. El mismo fondo de 10 mmdp lo entregó a los 500 diputados. Cada uno obtiene 20 millones de pesos para supuestas obras sociales, sin rendir cuentas a nadie. El dinero lo remite la SHCP a las tesorerías estatales y cada coordinador de diputados, de todos los partidos, es notificado de los millones que están a su disposición “para sus acciones de gestoría”.
GRAN BENEFICIARIO
Me dicen que Martínez Neri, audaz para la ingeniería financiera, se adjudicó como “pastor” la mayor parte de los “moches” durante los últimos tres años.
Cuentan que se asoció con varios diputados oaxaqueños de diferentes partidos y con sus propias constructoras ofrecieron obras a muchos presidentes municipales. Dada la facilidad con que disponían de los “moches” asignaban construcciones elementales a precio alzado. Contaban con el apoyo del subsecretario de finanzas, Alberto Benítez Tiburcio para agilizar la salida de los “moches” y, obviamente, para recomendar empresas. Lo único que hacían los presidentes municipales era firmar a pesar del precio alzado y mala calidad de la obra que recibían. Así recorrieron todo el estado.