“Como se mueren en la montaña se mueren en la ciudad”. Así amenazó el extremista profesor Rogelio Pensamiento Mesinas a Heriberto Pazos Ortíz, entonces dirigente del MULT (Movimiento de Unificación y Lucha Triqui). Eso fue en octubre del año 2010. Ocho días después, el 23 de ese mismo mes, el también fundador del Partido Unidad Popular (PUP) fue abatido a balazos en las inmediaciones del fraccionamiento El Rosario.

Fue un crimen atroz que causó conmoción por la talla de luchador social del victimado. Aún con las “profundas” investigaciones que el gobierno dice realizar y el asesinato de los porros El Dragón y El Talibán señalados como autores materiales del crimen, el asunto sigue en la oscuridad. Hasta hoy sigue siendo considerado un homicidio de tintes inminentemente políticos. La versión de que es una purga interna del MULT, persiste.

Aquella advertencia contra Pazos quedó escrita en los alteros del expediente sobre crimen tan sonado. Para mayor ironía la denuncia legal la presentó Uriel Díaz Caballero contra el mismo Rogelio Pensamiento quien hoy, como dirigente del MULT, hace alianza con el que lo denunció judicialmente en el 2010 por aquella amenaza de muerte contra el fundador del PUP que sonó premonitoria. El sarcasmo en torno a este suceso se acrecienta cuando tres directivos expulsados del PUP descubren la intriga que tejen Uriel Díaz y Rogelio Pensamiento con un objetivo muy controvertido: sembrar al primero como sempiterno dueño digo presidente del PUP.

Esta jugada política entre el dirigente del MULT y el cuasi propietario del PUP no puede ser más sombría.

¿Cómo el sospechoso de la amenaza de muerte del fundador del partido PUP hoy apoye con acarreados Triquis al que quiere apoderarse de este partido para convertirlo en negocio particular? Cuánta mordacidad.

Así lo descubren tres directivos del PUP expulsados de este partido por Uriel Díaz que desde hace doce años se erige como dueño absoluto del primer partido auténticamente indígena en el país. Ni una sola asamblea para informar a los militantes y directivos del partido sobre sus tareas políticas y el destino de las prerrogativas que cada año recibe del INE. Lo raro es que el árbitro electoral tampoco lo llama a cuentas.

Uriel Díaz Caballero se ha convertido en un tirano y utiliza como instrumento suyo al Partido Unidad Popular. Así acusan Santiago García, Carmen Rodríguez y Daniel Ávila, secretario general, de alianzas estratégicas y de organización, respectivamente, ante la Defensoría de Derechos Humanos. Los tres fueron expulsados sin apego a las normas del partido, solo por el voluntarismo del que se erige en autócrata del partido que nació con la idea de democratizar la convivencia de los pueblos originarios de Oaxaca.

En medio de la protesta los disidentes recordaron el ultimátum tan funesto que resultó premonitorio. Relataron para el ESCAPARATE el exabrupto del intolerante Rogelio Pensamiento que desde aquellos años ya disputaba disimuladamente a Heriberto Pazos la dirección del MULT.

EL SALTO DEL CHAPULÍN

De acuerdo a testigos de aquellos acontecimientos, en octubre del 2010, como siempre, la lucha fratricida entre los Triquis pasaba por una más de sus etapas sangrientas, letales. Por ese motivo se escindieron del MULT una docena de comunidades y formaron el MULTI. Raúl Marcial Pérez su entonces líder no se salvó. Fue acribillado a balazos.

En aquellas fechas Rogelio Pensamiento asesoraba a los del MULTI aunque militaba en el MULT, al menos eso sospechaba Heriberto Pazos. Concertó una reunión con este para plantearle la conveniencia -según él- de unir a los Triquis en una sola organización con las siglas MULTI. La discusión entre ambos personajes fue muy ríspida. Pazos se negó tajantemente porque, decía, están matando a nuestros compañeros del MULT.

La sugerencia fue rechazada rotundamente lo que no agradó a Rogelio Pensamiento quien, muy molesto -me dicen- se paró de la mesa y lanzó la amenaza que ayer recordaron: “Don Beto, solo le digo, como se mueren en la montaña se mueren en la ciudad”.

Por eso los disidentes del PUP dicen que les extraña que hoy estos dos personajes hagan acuerdos en las mismas oficinas del PUP.

Tal alianza deja una lectura funesta, comentan. Ver juntos al amenazador y al que lo denunció judicialmente por órdenes del victimado Heriberto Pazos, no puede traer nada bueno para el PUP.