Agrega que así lo demuestran las movilizaciones que en los últimos meses han venido realizando en la Ciudad de México y en la capital del estado, no obstante de que los dirigentes del MULTI han sido recibidos en audiencia y sus exigencias están siendo atendidas tanto por el gobierno federal, como por el gobierno del estado, y ya se han dado los primeros pasos para preparar el retorno de los supuestos desplazados a su comunidad de Tierra Blanca, Juxtlahuaca.

En su demanda central para la firma del acuerdo de paz, es la liberación de los llamados “presos políticos”, el Gobierno del Estado ha respondido que se revisará minuciosamente cada expediente penal, toda vez que los triquis encarcelados en su mayoría son procesados por delitos de homicidio, lo que dificulta una respuesta favorable para ellos y para la organización.
En el pasado mes de junio, se logró el compromiso de una tregua entre las organizaciones triquis en vía de que el MUTI permitiera un censo en la comunidad de Tierra Blanca para establecer un mecanismo previo a la firma del acuerdo de paz en la micro-región.

Con ésta actitud violenta, el MULTI ha roto el endeble acuerdo de paz que permitía vislumbrar la posible pacificación del territorio triqui, que nuevamente se convulsiona y a un paso de un nuevo baño de sangre.

A pesar de la tercera ola de contagios de la COVID-19, los dirigentes del MULTI, con el engaño de que con marchas y bloqueos carreteros podrán liberar a los triquis encarcelados, cientos de indígenas se han visto obligados a participar en éstas movilizaciones que afectan a miles de oaxaqueños.