Estamos viviendo una situación inédita para la humanidad. Un virus de aparente baja mortalidad tiene el efecto de saturar los servicios sanitarios y obligar a los gobiernos a tomar decisiones de vida o muerte, o bien a sacrificar sus economías por el efecto de las medidas de aislamiento que al parecer requiere la epidemiología de la enfermedad.
Los rumores difundidos a través de las redes sociales y las falsas noticias, saturan el ambiente y llenan de miedo a la población que está desconcertada, y el desconcierto es algo que no podemos permitirnos. ¡Estamos obligados a informarnos!
En la actual situación, nacional y mundial, no se hacen análisis colectivos sobre lo que podemos hacer, por ejemplo, podría haber diálogos virtuales públicos entre representantes de las academias, los sectores de la población, representantes de regiones, de estados, de municipios, etc., en donde la población, y no sólo los gobiernos, recomienden qué hacer; en cambio, sólo se imponen medidas de manera unilateral, de arriba hacia abajo, bajo la premisa de que no hay otra cosa que hacer.
Por lo pronto lo factible es mantenernos informados, es decir, enterarse de primera mano de lo que intelectuales y políticos de otros países opinan o informan; sobre todo los de Asia, porque son de los que menos sabemos en nuestra región y al parecer la lucha entre Estados Unidos, China y Rusia, definen una tensión entre Oriente y Occidente.
Es por tanto importante escuchar la opinión directa de estadounidenses, latinoamericanos, europeos, rusos, iraníes, etc., para hacerse una idea clara de lo que sucede y se hace en esos países.
Antes la educación humanista se caracterizaba, y distinguía de otras formas de educación, porque formaba personas capaces de comunicarse con individuos de otras culturas; hoy la tecnología hace esto posible sin el esfuerzo de aprender otros idiomas; jamás la humanidad tuvo antes esta oportunidad.
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Yo uso el navegador Chrome de google y lo he configurado de modo que traduzca los idiomas que desconozco, que son muchos, y puedo enterarme de lo que se dice en otras partes del mundo.
Es muy fácil configurar el navegador Chrome para que traduzca para usted: sólo tiene que ir a la parte superior derecha del navegador donde aparecen tres puntitos verticales e ir a configuración y después a configuración avanzada. Una vez allí debe seleccionar Idiomas y allí seleccionar Idioma , en seguida se desplegará la opción de seleccionar todos los idiomas del mundo en los que usted desee la traducción; acto seguido sólo tiene que activar el botón “Preguntarme si quiero traducir páginas que no estén en un idioma que puedo leer”, active el botón después de cargar todos los idiomas que desee y listo, Chrome lo ha “convertido” en políglota.
Yo he “leído” en chino, en árabe, en persa, ruso, etc., y me he podido enterar de lo que en esos países se dice, sobre todo porque EE.UU. acusa a China de espionaje para inducir una pandemia. Ahora podrán leer lo que dicen los chinos al respecto. Hagan el intento si están en cuarentena, igual si no lo están; es necesario informarse con seriedad y responsabilidad y dejarse de los dimes y diretes del Twitter o Facebook, mismos que podrían ser de utilidad para otras cosas, pero de las cuales comentaré en otra entrega.