Nadie escuchó los disparos. El ensordecedor ruido de las ráfagas de fusiles y pistolas de diversos calibres, solo quedó en los oídos de los sicarios, que seguramente eran más de dos.
En el suelo quedaron regados 54 casquillo percutidos de diferentes calibres, muchas de esas ojivas se incrustaron en los cuerpos de las cinco personas que viajaban en un vehículo Platina de color gris con placas MXS-4832 del Estado de México.
La saña de los sicarios fue notoria. Pareciera que el rencor, era tan fuerte que por nada del mundo querían que quedara alguno vivo, incluyendo al pequeño Tomy de tan solo 7 años de edad.
Este lunes, Oaxaca se despierta con dos masacres: una en la Mixteca, en la carretera que va de Mariscala de Juárez a Santiago Tamazola, en la región de la Mixteca con cinco víctimas; la otra en San Francisco del Mar, en el Istmo de Tehuantepec, donde, a balazos ejecutaron a tres policías municipales e hirieron a otros dos, y no conforme con eso, incendiaron la patrulla en la que se trasladaban los elementos de seguridad.
La masacre de la Mixtca, sorprendió a la sociedad oaxaqueño, principalmente a los habitantes de esa región. Todos eran integrantes de una familia, tres de ellos originarios de Tacache de Minas, otro de San Nicolás Hidalgo y el último de San Juan Trujano Silacayoapan.
Los automovilistas que circulaban por esa carreta a Mariscala, reportaron el percance, pero creyeron que había sido un accidente automovilístico, a la altura de Zocoteaca, sin embargo, en un momento se dieron cuenta que se trataba de una ejecución múltiple.
Ahí estaban inertes Roberto R. R. de 22 años de edad, quien era originario de San Nicolás Hidalgo; Suilma J. L. P., de 20 años de edad y originaria de San Juan Trujano Silacayoapam; Daniel F.P, de 20 años de edad y originaria de Tacache de Mina; Eymi F. P. de 17 años de edad y originaria de Tacache de Mina, y el pequeño Tomy F. P. de tan solo siete años de edad, también de Tacache de Mina.
De los 54 casquillos percutidos que fueron encontrados sobre la carretera y alrededor del vehículo, 42 son calibre .223, nueve calibre 7.62, dos casquillos calibre 22, y uno de calibre 38 especial.
La Fiscalía General de Justicia que encabeza Arturo Peimbert, tendrá que realizar una excelente investigación para dar con los responsables de esta masacre y poner tras las rejas a quien no le importó acribillar a un niño que no tenía ninguna responsabilidad de la actitud de los adultos, no muy adultos. Los autores materiales, pero también a los intelectuales.
Las primeras versiones que empezaron a circular, mencionaban que dos de las víctimas se habrían dedicado a actividades ilícitas, de ahí la hipótesis que pudiera tratarse de una ajuste de cuentas entre bandas de la delincuencia que operan en esa zona de Oaxaca.
Con los dos casos de hoy, la Fiscalía General de Oaxaca tiene un gran paquete encima para entregar buenas cuentas, y los oaxaqueños confíen en que sus autoridades les brindarán justicia.