Creía que el alud de quejas por la supuesta ausencia de gobierno municipal derivado de las aficiones etílicas del presidente Oswaldo García, eran solo producto de “grillas” palaciegas. Lamentablemente no es así. Hoy constato que ese vacío del edil ha llegado al extremo de paralizar la administración municipal. Como nunca, a 66 días de su mandato, no tiene ley de ingresos de la ciudad capital. La actividad económica de los citadinos está restringida.
Administrativa y jurídicamente, tal situación es muy grave. Un lector me dice que “es increíble lo que pasa en el gobierno municipal. Aún no pueden operar la Ley de Ingresos del Ayuntamiento de la capital. Esto quiere decir que el gobierno de la ciudad se ha paralizado en muchas áreas. En el renglón de la actividad notarial nadie puede pagar, por ejemplo, traslado de dominio. Alguien debe exigirle responsabilidad al presidente municipal. Qué pifia la de los que votaron por la llamada cuarta transformación”.
Con la oportunidad que caracteriza a esta columna, el día 20 del pasado mes advertí que “haber puesto como colaboradores cercanos a puro neófito es la causa del segundo dilema administrativo que, prácticamente, ha paralizado el Ayuntamiento por no pagar con oportunidad salarios de los empleados de confianza. El primer gran tropiezo fue cuando los concejales descubrieron que la Ley de Ingresos municipales esta trunca porque el presidente municipal olvidó integrar el código hacendario que es la base para la recaudación de impuestos. El proyecto de Ley de Ingresos lo debió haber aprobado el Congreso, el uno de enero. Me comentan que los diputados lo dictaminaron, pero sin el anexo del código hacendario nomás no sirve. El presidente municipal al darse cuenta de yerro tan colosal convocó a una sesión extraordinaria y propuso -al estilo morenista- abrogar dicha ley. Los concejales le advirtieron que no podía ser derogada y recomendaron agregar el código hacendario. Así lo hicieron, pero ahora tendrán que esperar hasta que el Congreso les enmiende el tropiezo”.
Eso dije en aquella entrega. Ayer, los concejales María de los Ángeles Gómez Sandoval y José Manuel Vázquez reventaron el escándalo en la sesión de Cabildo. El resto de los regidores guarda silencio cómplice no obstante la gravedad del tema.
Los dos concejales, del PRI y del PAN, respectivamente, exigieron al presidente municipal Oswaldo García Jarquín, más seriedad. Le pidieron atienda la parálisis administrativa que enfrenta el Ayuntamiento a más de dos meses de haber iniciado el gobierno local. Le dijeron que resulta condenable que a tres meses de iniciada la administración es el momento en que los ciudadanos que desean hacer trámites como altas y bajas de nuevos negocios, cambios de domicilio y de propietario de inmuebles, entre otros, no pueden realizarlos porque la tesorería municipal les dice que no puede cobrar los impuestos por la falta de la Ley de Ingresos municipales.
La pifia que estalló la discusión edilicia no solo afecta las arcas municipales. El presidente García Jarquín alega que no hay ingresos, pero la ciudadanía que quiere pagar también se queja de la parálisis económica pues no pueden realizar trámites para sus negocios.
MOFAS
No hay precedentes de que un presidente municipal de la capital, por omisión, no pueda cobrar impuestos a más de dos meses de iniciado su gobierno.
Además de la preocupación entre la ciudadanía, los diputados del Morena se mofan de la incompetencia del alcalde Oswaldo. Dicen que, aunque en el Congreso aprobaron hace más de un mes las reformas a la Ley de Ingresos municipales, los “expertos” de Oswaldo olvidaron anexar el Código Hacendario. Sin este agregado, la ley nomás no aplica. Así que tienen que regresar dicha Ley de Ingresos a revisión de los diputados. Este disparate es la causa de todo el enredo.