Si Willy hubiera podido escribir su propia nota necrológica, ésta hubiera sido excepcional. Tuvo el don del verbo y la palabra. Así lo demostró en vida en sus trabajos periodísticos y creaciones literarias, en sus charlas salpicadas de dichos, bromas y sarcasmo, pero también revestidas de responsabilidad y seriedad. Estar sus colegas con él, fue para disfrutar el momento, reír a carcajadas, y los noveles del arte y del oficio para abrevar de su saber y experiencia. Uno encontraba con él lo que quisiera, sobre todo amistad sin límite.

Así lo reflejan las crónicas y mensajes de solidaridad que le dedicaron sus compañeras y compañeros, poetas y periodistas, a quienes sorprendió con la noticia inesperada de su fallecimiento la noche del jueves 19 de este mes.

Wilfrido López Torres, el colega y amigo había dejado de existir en el hospital doctor Aurelio Valdivieso, a cinco días de haber celebrado en la intimidad familiar sus 65 años de vida.

Como si él mismo hubiera escogido también el lugar para ser inhumados sus restos mortales: un espacio en el panteón municipal de su natal Tlacolula de Matamoros, sombreado por gigantescos y legendarios ahuehuetes, destinado para él que dedicó su vida a favor de la sociedad a través de la literatura y el periodismo. Ahí fueron depositados con todos los honores que la tradición zapoteca dispone, con música de banda y aplausos.

David Adolfo López Velasco compartió dos relatos escritos por el propio Willy que forman parte de un proyecto académico, el primero una semblanza suya (febrero de 2024) y el otro sobre los inicios en el periodismo en Tlacolula en la década de los ochenta (septiembre de 2023).

“Éramos un grupo de chavos entusiastas que al iniciar en la década de los 80´s cursábamos la preparatoria uno y la vocacional otros. Gustábamos del deporte, del baile y de las actividades culturales. Nos reuníamos, en esa época, en la Biblioteca Federal que se ubica sobre 2 de Abril, en pleno centro, la cual estaba a cargo de Juanita León Monterrubio. Leíamos literatura general, así como los diarios Excélsior y El Universal que llegaban con tres días de atraso, además la revistas Siempre, Plural, Cuadernos Americanos, etcétera.

Después fundamos el Círculo de Estudios Tlacolulense y el punto de reunión en Los Viveros”, cuenta Willy.

César Rito Salinas, escritor, señala que fue el primer reportero poeta que llegó a conocer. “Se entendía bien con la forma del periodismo, atinado para encontrar la nota entre un mar de palabras –ansioso, preciso--, contaba con esa extraña forma de cargar con las letras en la respiración”.

Filadelfo Figueroa, su colega, le dice: “Te voy a extrañar querido hermano/ Con tus bromas y humor negro/ Te gustó cuando termina el verano/ Para abrir tus alas y emprender el vuelo. / Ya no veré más poeta/ También de oficio periodista/ Tus huellas se quedan en la Tierra/ Y tu corazón de obrero socialista”.

Jorge Vega Aguilar, periodista tlacolulense, le reconoce como “un maestro en el arte de escribir. Empírico, aprendió el oficio sobre la marcha, en las redacciones, entre bromas, muchas bromas, pero sin perder la compostura”.

Willy y Jorge se acompañaron varias veces para viajar en autobús de la Central Camionera de la ciudad de Oaxaca a Tlacolula al terminar cada quien sus trabajos en los periódicos al filo de la media noche. Cuando les iba bien, abordaban autobús a esa hora, y cuando no, esperaban el que salía a las 4 de la mañana y llegaban amaneciendo a sus casas.

Ernesto Reyes, periodista, expresa: “Desde la redacción daba forma a la información periodística. Escribía con precisión y, por lo tanto, gozaba del mérito de ser un redactor nato. Perteneció a una generación de periodistas que cuidaba mucho el estilo y la buena redacción. Tenía una gran capacidad retentiva y de argumentación.

La agilidad mental, la esgrima verbal, el sarcasmo y la defensa ideológica son sus características esenciales que se pueden apreciar también en su faceta de la literatura como lo fue la poesía”.

Willy fue un poeta, escritor y periodista pleno. En sus 40 años de vida productiva trabajó y escribió en El Imparcial de Oaxaca, Tiempo, Notimex y El Sol de Oaxaca, entre otros medios. Colaboró también en Canal de Medios. En 1985 ganó el Premio Estatal de Poesía de la Casa de la Cultura Oaxaqueña. Su nombre y su obra están registrados en el Catálogo de Escritores Oaxaqueños y en la Enciclopedia de la Literatura en México. Tuvo reconocimientos nacionales e internacionales.

Últimamente era coordinador general del Club de Lectura para Periodistas “El Correo Americano del Sur.

Nuestra solidaridad a la querida amiga y colega Sandra Ramos y a los hermanos de Willy: Carlos, Agustín y Luis.