El médico alemán Siegfried E. Baumbah, corazón y alma del Iztac Multiversidad ubicado al pie del Iztaccíhuatl, quien ha dedicado la mayor parte de su vida en nuestro país a la formación de terapeutas, pensadores y artistas de los nuevos tiempos y necesidades, se convirtió a partir del día 1 de mayo pasado en gurú de la Red Cultural para la Fraternidad Humana.

Es un ser humano dedicado al servicio de la vida y de sus semejantes. Está relacionado con Oaxaca, porque ha sido instructor del Centro Internacional de Capacitación en Salud Holística, que coordina su colega y también gurú la doctora Lucía Cordero Ruiz.

Le escuché en una ocasión hablar sobre las posibilidades reales de cómo alcanzar una salud plena a través de la práctica de disciplinas y conectándose con la esencia de nuestro ser y el cosmos. Me parecieron muy importantes sus reflexiones, las cuales comparto con los lectores.

Él preguntó a los oyentes cómo se sentían en cada momento de su vida, si alguna vez se habían cuestionado de dónde vienen y hacia dónde se dirigen, porque a veces los seres humanos nos sentimos como hoja al viento, que volamos de acuerdo con las corrientes, las tendencias, las modas, a lo que dicen los demás, sin tomar el timón nosotros mismos.

¿Estás feliz, qué significa la felicidad para ti y si la has transmitido a otros? ¿Tienes sueños, no solamente los que se pueden comprar con dinero, sino visiones creativas o prefieres esperar a que llegue el mejor día, pues no entiendes muy bien el misterio de la vida y las muchas posibilidades que ella ofrece para crecer y estar apto para servir a la vida humana y al universo?

El doctor Siegfried recomendó hacernos este tipo de preguntas, explorar las respuestas para que empiece en nosotros un proceso de despertar, es decir, a entender mejor las cosas del universo y de los seres humanos. Invitó a los terapeutas a dedicar tiempo a la práctica de la meditación, del yoga, de la concentración y del silencio, entre otras disciplinas, para aprender a escuchar, a observar y así captar cada vez mejor las necesidades del paciente e ir más allá de lo acumulado en el intelecto.

Conoce la capacidad de los mexicanos para asimilar los conocimientos y la sabiduría de la medicina tradicional, empleando sus facultades innatas, trabajando con la razón y la pasión, el corazón y la mente, simultáneamente, para obtener un mejor nivel de comprensión de la vida.

Pidió no ser oveja en un rebaño, sino asumir la responsabilidad de la propia vida, escuchando el susurro del alma que sí sabe, pues es el conjunto de experiencias de todo el pasado y nos transmite las vibraciones para que las aprovechemos.

El verdadero artista de la vida es un servidor de los demás, dijo el gurú y notable médico. Necesitamos renovarnos continuamente, llegar incluso a los 90 o 95 años de edad en la plenitud de la vida, entendiendo los ciclos de la vida y no asustarnos con la vejez ni con la muerte. La vida está en una constante evolución, creatividad y desarrollo, y el ser humano es parte de todo este proceso, solo tiene que estar consciente de su misión y convertirla en hechos.

Son las recomendaciones del maestro Siegfried, un servidor de la humanidad y colaborador del planeta.