Oaxaca, Oax.- La plaga de la roya anaranjada en los últimos 4 años infectó miles de hectáreas de café. Se estima que el 70 por ciento de plantíos van a desaparecer en las zonas cafetaleras. Esta situación tendrá consecuencias negativas para la entidad, en el corto y largo plazo, principalmente en materia económica, política y social.

Resulta preocupante para la economía local que se pierdan miles de hectáreas de cafetales, porque en los últimos garantizaron el sustento de casi 700 productores y miles de empleos temporales en el municipio de Pluma Hidalgo, en la región de la Sierra Sur de Oaxaca.

El fenómeno social que existe en las selvas cafetaleras también debe preocupar a los operadores políticos del gobierno estatal y federal, ya que allí sobreviven miles de hombres y mujeres que terminan rebelándose contra el gobierno, precisamente por la pobreza, la miseria y la marginación que provoca la falta de valor del café.

Ya el gobierno vio en esta crisis la oportunidad de comercializar otra variedad de café, resistente a la roya, pero que de acuerdo con la experiencia de productores de otros estados, como Chiapas, es un buen café, pero por ser híbrido no tiene el mismo peso, en kilogramos o quintales, para generar ganancias.

Es decir, si antes se cosechaban 160 mil toneladas en 150 mil hectáreas cultivadas, ahora la cosecha se reducirá a unas 80 mil toneladas.

No basta con que el gobierno se solidarice con los 580 productores afectados en 5 mil 706 hectáreas de cafetales ubicados en la Sierra Sur, sino también debe ofrecerles alternativas para que sobrevivan cuando menos 5 años, tiempo que tardan los cafetales en volverse a sembrar y dar frutos.

Es muy fácil culpar al cambio climático de la propagación de la roya, así las autoridades se desentienden de su obligación de renovar cada año los cafetales en riesgo.

Ahora los cafetaleros deberían estar más preocupados en obtener la denominación de origen para el café Pluma Hidalgo, sin embargo lo más importante es volver a cultivar los cafetales.

Aún no se tiene una campaña para aumentar el consumo de café entre los oaxaqueños, quienes siguen consumiendo enormes cantidades de chocolate de Chiapas y Tabasco, sin mencionar los refrescos de cola.

Los oaxaqueños poco a poco están perdiendo los cafetales sin darse cuenta que es un producto bursátil que tiene una estructura productiva y comercial que involucra en la Bolsa de Valores a más de 70 países del mundo y que, a pesar de ello, nunca le han dado el valor agregado que se merece.

Se tiene una elevada siniestralidad en los cultivos de café y la innovación del sector sigue esperando porque las autoridades y los productores no invirtieron a tiempo en la renovación de los cafetales.