Oaxaca, Oax.- Es innegable que las consecuencias de los fenómenos meteorológicos, la mayoría impredecibles, cada año son motivo de preocupación para miles de familias oaxaqueñas, sobre todo en los más de 500 kilómetros de litorales de Oaxaca.

Es obligación de los tres niveles de gobierno adoptar medidas de prevención, organizar a la ciudadanía y evitar la pérdida de vidas humanas.

Sin embargo, en Oaxaca, la presencia de lluvias, principalmente, se convirtió en un negocio a partir de que la visión de los servidores públicos se redujo, no a tomar previsiones, sino a prepararse para cumplir con los requisitos que les permitan tener acceso a recursos del fondo de Desastres Naturales (Fonden).

Cuando menos 5 mil millones de pesos de deuda pública, contraídos en la actual administración, tienen que ver con la atención a la consecuencia de desastres naturales registrados dos o tres años atrás.