Más allá de reuniones vecinales o de intervenir en asuntos internos y confrontando a vecinos de algunos municipios conurbados, funcionarios y concejales del ayuntamiento de la capital deben atender una agenda de prioridades de la que han hecho mutis o que sólo sirven para lavarse las manos cada que salen a la luz pública.

La semana pasada, durante una calenda, se suscitó una explosión. Hubo lesionados. Se dio en una de las zonas más concurridas del Centro Histórico. Según datos reportados por compañeros periodistas, se trató de un vehículo cargado de pirotecnia. Justamente la que se utiliza en este tipo de eventos y que sigue sin regulación alguna, no obstante las protestas de vecinos o sociedades protectoras de animales.

Se trata de un incidente más a una larga cadena de anomalías e irregularidades. El consumo indiscriminado de alcohol; la violencia en contra de quienes protestan por los obstáculos a la vialidad; los conatos de bronca entre los participantes, son entre otros, rubros que el gobierno de la ciudad debe atender, a través de mecanismos regulatorios. Sin embargo, éste es sólo uno de los temas de la problemática urbana en la que se percibe, una evidente omisión.

Recientemente, a propósito de la operación del llamado Binni Bus, en el gobierno estatal se anunciaron fuertes sanciones pecuniarias para quienes invadan el carril exclusivo. Sin embargo, en la capital sigue prevaleciendo el vicio de la doble fila; la invasión de la inútil Ciclovía y otras violaciones a un desconocido Reglamento de Tránsito, que se cometen con absoluta impunidad.

Mientras en la Ciudad de México, luego del accidente mortal que trajo consigo la explosión de un vehículo cisterna de gas en el Puente La Concordia, que ha dejado más de 30 muertos, se han tomado ya medidas enérgicas en torno a la circulación de unidades pesadas que transportan materiales peligrosos. Hasta el momento no se ha escuchado alguna medida local al respecto.

La operación del gobierno local se cimenta en la inmediatez. Los tequios, el barrido de calles, las visitas a colonias o acarreos en visitas presidenciales. Como dijera el ex presidente López Obrador: “pura politiquería”. Sin embargo, hay –como hemos dicho- una agenda pendiente que debe ser atendida en el marco del Cabildo Municipal. Ahí está el tema de las terrazas que afectan la imagen del Centro Histórico o el crecimiento de puestos del comercio informal en la calle de Reforma, fenómeno del que los vecinos han elevado ya su protesta. (JPA)