Oaxaca, Oax.- El magisterio de la Sección 22 del SNTE inicia esta nueva semana con un paro de labores que afecta a más de un millón 300 mil niños, niñas y jóvenes oaxaqueños para realizar una marcha masiva en la capital del país.

Los pretextos, son los mismos que desde hace varios meses vienen explotando los maestros oaxaqueños: la aparición con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, dar marcha atrás a las reformas estructurales, principalmente la Reforma Educativa, así como el desacuerdo a la federalización de la nómina.

Este es el segundo paro en el presente año por parte de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la educación (CNTE), quienes se encuentran envalentonados luego de que a principio del año lograron doblegar a la Federación.

Aún en contra de lo que se diga, los integrantes de magisterio lograron el pago de más de 25 mil personas, quienes sin tener justificación aparente, están cobrando un salario.

Si usted recuerda, la nómina magisterial en Oaxaca fue de alrededor de 70 mil maestros, sin embargo, de repente se disparó, ahora esta nómina es de 81 mil, más o menos 11 mil personas de la noche a la mañana, casi un maestro por cada escuela que existe en la entidad.

La Federación asegura que son poco más de 5 mil aviadores los que ha detectado en Oaxaca, la cual pasaría a la nómina del Gobierno del Estado.

Más gastos que seguramente terminarán pagando los oaxaqueños. Y digo los oaxaqueños porque con el compromiso de una planta superior a los 5 mil trabajadores, se dejarán de realizar varias obras sociales.

A pesar de todo lo que está pasando, el gobierno estatal no se tienen el valor y la decisión, mucho menos el interés de aplicar la Reforma Educativa.

Este es el segundo paro convocado por los maestros en este 2015, quienes envalentonados, aseguran que la madurez de su movimiento por más de 30 años, les permite tener la fuerza suficiente para no dejar que se aplicar esta Reforma Educativa.

Por lo pronto, ahí está la advertencia de los maestros de la Coordinadora, quienes viajan a la capital del país para participar en una marcha masiva, en donde la demanda principal es la aparición con vida de los normalistas.

Hay que destacar este nuevo reto que lanzan los maestros, pero la Federación sigue en esa misma tónica que ha empleado el Ejecutivo estatal, aguantar, aguantar y aguantar, mientras que nuestros niños y niñas, los están dejando sin su derecho a la educación.

La sociedad lo único que exige es que realmente se aplique la Reforma Educativa, sin embargo, son gritos en el desierto, en Oaxaca no hay quien pueda poner orden en el sistema educativo, ni el Congreso estatal, ni el Gobierno Federal, mucho menos el Gobierno del Estado, quien es cómplice de la violación de esta garantía de más de un millón 300 mil infantes.

En Oaxaca, los rezagos en educación son impresionantes. Tan sólo hay que ver cuántos días de actividades se han perdido a través de estas tres décadas, que a decir del presidente de la Asociación Estatal de Padres de Familia, Efraín Morales Sánchez, son un poco más de siete ciclos escolares lo que se han dejado de dar clases con motivo de esta lucha magisterial.

Esta actitud ha perjudicado en gran medida a varias generaciones de oaxaqueños y el único beneficiado es el sector magisterial, a pesar de que los maestros afirman que lucha por la educación de las niñas y los niños oaxaqueños.

Este gremio es el único a ha conseguido beneficios. Hoy tiene plazas de sobra y salarios de envidia, pero muchos, miles, no lo justifican y tampoco lo desquitan.

Ojalá y la Federación ya empiece a aplicar esta Reforma Educativa tan necesaria en Oaxaca. No se trata de tener a un policía atrás para reprimir a los elementos de la educación, sino simple y sencillamente buscar los canales y el diálogo y sobre todo la aplicación de la Reforma Educativa.

Es momento de poner orden en un sistema educativo que no solo está caduco, sino superado por la marginación y fundamentalmente la simulación.

Los maestros luchan por sus intereses y no por los de la sociedad y más en aquellas comunidades donde la marginación sigue avanzando como producto de la falta de educación. Si al pueblo se le educa, otra sería nuestra realidad.

Es momento que los diputados oaxaqueños, que el Ejecutivo estatal, la Federación y principalmente los maestros de la Sección 22 del SNTE, piensen en Oaxaca, en la educación de sus niños, niñas y jóvenes, no sólo en sus intereses personales o de grupo. Es momento que Oaxaca cambie, pero de raíz, no de palabra.