Oaxaca, Oax.- Ya doblegaron al Gobierno Federal, tienen comiendo de su mano al Gobierno del Estado. Ambos les cumplen todo. Ahora, en esa ambición de poder y de fuerza política, van por el Poder Legislativo de Oaxaca.

Aquí cabe la pregunta: ¿Cederá el Congreso estatal a los caprichos de la Sección 22 del SNTE?, por lo menos ayer se dieron visos de que los representantes populares también les ofrecerán en bandeja de plata todo lo que exijan los “apóstoles de la educación”.

Nuevamente el Congreso del Estado se encuentra en una parálisis legislativa, esto ante la falta de habilidad y de compromiso de los representantes populares con los sectores de la sociedad.

Es indiscutible que los 42 representantes populares solo persiguen sus propios intereses. En el tema educativo se encuentran entrampados.

La reunión celebrada este martes entre los integrantes de la Sección 22 de la CNTE, encabezados por su dirigente Rubén Núñez Ginez, y los representantes de las comisiones de Educación Pública, Administración de Justicia y Presupuesto y Programación, encabezados por el presidente de la Junta de Coordinación Política, Félix Serrano Toledo, prácticamente quedó entrampada. No hubo acuerdo.

Esto viene a posponer una nueva reunión para el próximo viernes y buscar alguna alternativa o salida para iniciar con la discusión de las siete iniciativas que se encuentran descansando el sueño de los justos al interior del Congreso del Estado, principalmente de las Comisiones Unidas, quienes tienen el propósito de redactar un solo dictamen para presentarlo al Pleno e iniciar la discusión sobre este tema, pero para variar, ya se pasaron los tiempos.

Sin embargo, ante la exigencia de los dueños de Oaxaca como son los maestros, los diputados tendrán que desempolvar el Plan Alternativo para la Transformación de la Educación en Oaxaca, mejor conocido como el PTEO y satisfacer los caprichos de una sección 22, hoy envalentonada ante los nuevos acuerdos que se tienen en la Asamblea Estatal. Nuevamente, ¿Cederán a esos caprichos magisteriales?.

Ese es el poder del magisterio oaxaqueño y la debilidad de un gobierno federal con una Secretaría de Educación Pública endeble, pues su secretario, Emilio Chuayffet, prometió y se comprometió a hacer una realidad la Reforma Educativa.

Pero a cada instante y frente al monstruo que significa la Sección 22 del SNTE, se ha demostrado la falta de talento y dirección para aplicar la Reforma Educativa en Oaxaca.

Hoy, el magisterio no sólo está envalentonado, sino tomando sus propias decisiones y marcando las reglas del juego.

Habría que revisar los acuerdos que tienen de la última Asamblea Estatal, donde no solo se incorporarán a las movilizaciones a nivel nacional a partir de este 26 de febrero para exigir la aparición con vida de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Guerrero, sino que también exigirán más plazas para los normalistas y algunos otros familiares.

Nuevamente, el gobierno federal dobló las manos y dará 900 plazas para los normalistas de Oaxaca. Así de simple, porque los propios normalistas y la Sección 22 han iniciado una jornada de lucha para lograr estos objetivos y, por más que brinque el Gobierno Federal, les van a cumplir este caprichito.

Esta es la realidad de un gobierno al que le tiembla la mano para aplicar una Ley que tanto promovió, sin embargo, en Oaxaca es una ley muerta.

De ese tamaño es el poder de la Sección 22 y lo siguen demostrando.

Será el próximo viernes cuando un poder en Oaxaca, como lo es el Congreso del Estado, actúe al capricho de quienes realmente mandan en el estado, de la Sección 22 del SNTE, pero aquí cabe otra vez la pregunta:

¿Cederá la LXII Legislatura oaxaqueña a los caprichos de la dirigencia magisterial?.