El caricaturista expresó que fue muy amigo de Wolinski y Cabu. “Los conocí y eran unos inconscientes la mera verdad, ellos como que se sentían obligados a estar provocando escandalo, no digo que se lo buscaron, pero se lo encontraron, ya habían sido amenazados”.

Recuerda que en una ocasión les quemaron una de las redacciones y siguieron adelante. “Para nosotros los caricaturistas, el caso del atentado a Charlie Hebdo, donde hubo varios muertos, son nuestro Ayotzinapa, murieron cuatro caricaturistas, son nuestros cuatro mártires del siglo XXI de la caricatura”.

Pero para Rius la vida sigue, en unos meses llegará a los 81 años, detalla que seguirá sobreviviendo, y “seguir tratando de aguantar la prosperidad nacional, el Estado de Derecho, todo lo que hasta ahorita ha sido una cosa virtual, nada mas”.

Se despide de Oaxaca donde vivió por cerca de dos años, sitio donde conoció mujeres hermosas, disfrutó de la música y la comida.

“Soy vegetariano y encontré la manera de comer bien, dudo regresar, tendría que romper con todo lo que tengo en Tepoztlán, nunca pusimos casa aquí, vivíamos en un departamento, pero encantado de la vida regresaría aquí, si me garantizan que no va a temblar fuerte”.

Aunque asegura que está acostumbrado, como casi todos los mexicanos a los temblores, a lo que nunca se acostumbró fue al clima.

“Es loquísimo, tampoco me pude acostumbrar a la falta de perros en la ciudad, porque quiero mucho a los perros”, expresa días antes de inaugurar la exposición La sonrisa filatélica que incluye su colección de timbres de humor.

- ¿Usted había dicho que venía a morirse a Oaxaca, cambió de opinión?

- ¡Ay de veras¡ cuando sienta que me voy a morir me vengo aquí a vivir.