Magisterio y gobierno en Oaxaca se han coordinado para echar atrás las ruedas de la historia en la entidad, parafraseando a un clásico. Felices y contentos volcando loas al insostenible PTEO. Cuya propuesta central es la “transformación de la educación” con recursos del pasado, con base en la “comunalidad”. Lo que precisamente hoy se estrella con la ingente realidad, cuando la SEP plantea clases en línea para los educandos a partir de mañana lunes.
En ese dizque Plan para la Transformación de la Educación de Oaxaca, que es más bien un manifiesto político, nunca mencionan la necesidad de imbuir a la entidad de conocimientos científicos y tecnológicos, no hay un párrafo al respecto.
Para los profes de la Sección 22 y sus cómplices priistas del IEEPO, que se suman alegremente a ese panfleto, carecen de importancia las nuevas herramientas del conocimiento, la computación, la informática, el internet. Para qué querrían cosas complicadas, si ya tienes sus sagrados “saberes populares”.
Resulta duro ver como un personaje, no teórico de la planeación educativa, sino de los máximos grillos de la S 22, ex secretario general de la gremial en Oaxaca, Fernando Canseco Girón, muestra los “avances” del PETEO en una Escuela de Juchitán donde es director, en diciembre de 2019. Ahí muestran la enseñanza en confección de hamacas. En esta mutua simulación de gobernantes y sindicalistas, este tipo de aprendizajes se da cómo bueno. ¿Habrá licenciados en educación en hamacas?
Hacia especializaciones en hamacas
Así se trata, dijo Canseco, de “fortalecer los contenidos educativos nacionales, basados en los rescates de los saberes comunitarios”. Y con ello beneficios para la comunidad, para los padres y maestros con esa carga pedagógica, académica y social. Y bla bla bla. En vez de estar gestionando la introducción de infraestructura educativa de avanzada, que hoy, precisamente hoy, sirviera en algo a los estudiantes.
Según datos oficiales, apenas el 10 por ciento de las casi 14 mil escuelas de educación básica de Oaxaca tiene acceso a internet. Una de cada diez. Habrá que ver cuantas computadoras tendría ese escasísimo porcentaje para intentar ofrecer algo del servicio educativo a los educandos recluidos en sus casas. Y cuántos maestros sabrían manejar un programa para dar clases en línea, sin duda poquísimos.
Por otro lado, habría que ver cuántos alumnos tienen computadora e internet, así como las poblaciones con el servicio. Salvo excepcionales poblaciones que han gestionado y hasta subsidiado la introducción del internet, apoyado, hay que decirlo, por excepcionales docentes, la inmensa mayoría está desprovista de ese hoy por hoy, léase bien, fundamental, vital servicio. Y no saberes que no se tienen que rescatar, si son viables como la manufactura de hamacas o artesanías, solas seguirán perviviendo.
Faltaría la discusión de la pertinencia de la educación en línea, lo cual está siendo criticada en países desarrollados, por su deficiencia en aprovechamiento respecto a las clases presenciales. Pero ese es otro tema, hoy al menos serviría para ocupar un poco a los chicos plenos de energía sin opciones de ocupación.
Ígnaros del IEEPO, regalarán el año
Pero, estando como estamos, debajo de la media nacional de educación, y a décadas de los indicadores internacionales, qué más da una raya más al tigre ahora que los infantes también cumplen el #quédateencasa.
Para los profesores de la sección 22 no hay problema alguno, igual para los ignaros del IEEPO: ni se preocupen, no van a perder el año escolar, total es tan fácil apuntar promovido en las boletas y listo. Tal como hicieron en el aciago e inútil movimiento de 2006 en que se perdió medio año escolar y, mágicamente, no se perdió ese año lectivo, sin cubrir el programa de estudio. Cuando debió perderse y re cursarse íntegramente.
El futuro alcanzó pronto a los profes de la S 22 y los exhibe en su demagogia magisterial, con un PTEO herramienta política para evadir cualquier reforma educativa, haciendo de Oaxaca su ínsula de rentable atraso. La educación es para poner al individuo en medio de la civilización, pero eso no está contemplado en el PTEO, lo suyo en volver al pasado, y lo dicen con toda claridad, sin rubor alguno.
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