Tan sólo en estos primeros meses a Gustavo Meixueiro le han reventado dos conflictos que han dejado actos de sangre. En el haber del nuevo titular del Organismo Público Local Electoral ya existen dos muertes, esto ante la falta de un poquito de tacto político y ahí están las consecuencias.

Lo peor es que se encierra a piedra y lodo bajo el argumento del trabajo, pero ¿cuál trabajo?, si ahí están los resultados.

Ojala alguien pueda decirles que en Oaxaca existen autoridades que se rigen por los Sistemas Normativos Internos, mejor conocidos como Usos y Costumbres, y que año con año renuevan a sus autoridades, lo cual puede generar algunos conflictos.

Existe también falta de interés de un acercamiento real con los institutos políticos. Un ejemplo es el caso de San Dionisio del Mar, donde la confrontación sigue y los riesgos están latentes y encendiendo los focos rojos.

Ojala se pueda actuar, ya basta de improvisaciones y dejarlo todo al ahí se va, a las esperanzas.

En Oaxaca las cosas no pueden cambiar si no hay un poquito de trabajo, de interés y sobre todo de lograr esa conciliación, encontrar esos puntos de coincidencia entre los diversos grupos.

Los intereses se pueden conciliar, porque al final de cuentas, atrás de cada problema está alguno de los funcionarios de la actual administración estatal, son intereses de los propios funcionarios.

El Ejecutivo estatal les debe jalar un poquito las orejas. No se vale porque son juez y parte en esas problemáticas.

Ojalá y se pueda actuar realmente con honestidad para evitar este tipo de confrontaciones, porque en los próximos días la violencia está tocando a la puerta de Oaxaca, no sólo por los conflictos poselectorales.

Hay que recordar que también en Oaxaca se dan conflictos por la tenencia de la tierra. Estos ancestrales problemas que año con año bañan de sangre el territorio oaxaqueño.

Ojalá y se puedan adelantar y se puedan evitar este tipo de desgracias.