Oaxaca, Oax.- Si todo sale como lo han planeado, este 28 de enero iniciará sus trabajos el I Congreso Político Extraordinario de la Sección XXII de SNTE (S22).

La realización del congreso se dará en uno de los peores momentos del Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación de Oaxaca (MDTEO). La aplicación a rajatabla de la reforme educativa en Oaxaca, la reforma del viejo Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), la aplicación de la evaluación docente, pero sobre todo la cancelación de los compromisos asumidos por el gobierno del estado con el sindicato, plasmados en la minuta de 1992, han contribuido a profundizar la crisis de un movimiento que, en otros momentos, fue visto por la mayoría de los oaxaqueños como la esperanza de una transformación de fondo, al menos del sector educativo.

Tres congresos políticos se han realizado, este será el cuarto, su origen se encuentra en la necesidad de transformar al MDTEO y superar la “crisis estructural” que le impide avanzar y le genera graves contradicciones y tensiones al interior y un desprestigio en su entorno.

El primer congreso político del MDTEO, de abril del 2006, se realizó con miras a refundar al movimiento. A finales del período de la administración del gobernador José Murat (1998-2004), diversas corrientes al interior del magisterio vieron la necesidad de afrontar los problemas que amenazaban con desbordar a la Sección 22 del SNTE. Así, en el VIII Pre Congreso Democrático del MDTEO, se tomó la decisión de organizar un congreso político que planteara respuestas a los problemas del sindicato, con la amplia participación de la base magisterial, misma que había perdido, en cierta forma, su poder sobre la dirigencia. El VIII Pre Congreso Democrático se realizó del 29 al 31 de marzo de 2004, como antecedente al XIX Congreso Extraordinario de la Sección 22 de ese mismo año.

El resolutivo 1 de la mesa Mesa 2. Situación actual de la Sección XXII y sus perspectivas, dice:

“ Que el nuevo CES, que resulte electo en este Precongreso, tenga como tarea prioritaria, la organización y realización de un próximo congreso en el cual, se analice y discuta de manera profunda los motivos de la actual crisis estructural, de credibilidad que enfrenta nuestro movimiento, teniendo como plazo para realizarlo : 4 meses”.

Además del anterior resolutivo, una propuesta de dicha mesa llama la atención:

“Que se cree una comisión que revise el estado patrimonial de los integrantes del CES para evitar el enriquecimiento ilícito.”

Esto muestra el grado de preocupación que existía entonces por el nivel de corrupción existente en el movimiento y su tendencia a contaminarlo todo.

La llamada “crisis estructural”, se definía entonces como: la contradicción entre el discurso dominante en el MDTEO y la práctica real de su dirigencia; la falta de participación de las bases magisteriales y la falta de apoyo popular al movimiento, esto, lo resumía el VIII Pre Congreso Democrático de la siguiente manera:

“ … poca participación de las bases en los diferentes eventos y actividades sindicales; diversas denuncias que motivan el nombramiento de Comisiones de Honor y Justicia, con la subsiguiente aplicación del principio rector 20; falta de credibilidad en los cuadros de dirección por no hacer lo que les corresponde; falta de respeto a los acuerdos e instancias de toma de decisiones; falta de honestidad y transparencia en la gestoría y poca sensibilidad política en algunos dirigentes.”

Otros actores políticos describían la situación con matices. En efecto, los analistas del Centro de Estudios Políticos-Sindicales de la Sección 22 (CEPOS-22), en uno de sus cuadernos de trabajo para los talleres masivos sectoriales que prepararon la realización del I Congreso Político, señaló:

“En nuestros días ya es común hablar de un desgaste del movimiento, de la incoherencia entre el discurso democrático y las prácticas políticas, de gestorías sindicales y educativas corporativizadas, clientelares, en ocasiones corruptas, porque la corrupción ya no es exclusiva de los representantes sino que está tocando los cimientos mismos de la base sindical, los trabajadores en su conjunto. También existe la percepción al interior de nuestras bases y de la sociedad que en la Sección XXII la lucha por el poder es dominante, la cual estaría caracterizada por una sorda lucha de las corrientes políticas que participan al seno del movimiento magisterial…”

y concluía:

“ La Sección XXII tiene que profundizar y reencausar su vida democrática, superar el burocratismo tradicional, el clientelismo, la pretendida vinculación partido-sindicato, como la vinculación sindicato-Estado o sindicato-corrientes políticas magisteriales. Tiene que ser auténticamente autónomo, que piense con cabeza propia y este ejercicio tiene que hacerse desde las bases, mismas que le han dado vida a este movimiento y es una de sus fortalezas más importantes.”

En mi opinión, el diagnóstico y las tareas que se hicieron entonces del MDTEO, siguen vigentes en su mayor parte.

Es de observar, que ni los resolutivos de VIII Pre Congreso, ni el espíritu que los inspiró fueron aplicados, por el contrario, la crisis del MDTEO se profundizó, hubo necesidad de realizar otro congreso político, y otro más, sin resultados. Este es el cuarto intento para refundar el movimiento, su discurso es menos autocrítico, más complaciente, teme a las bases en medio de la urgente necesidad de convocarlas, despertarlas, darles voz y participación.

Lo he dicho y los hechos parecen confirmarlo: el MDTEO es una contradicción que agoniza.