¿A QUE se debe el prolongado puente, o días de asueto, de que están gozando, sobre todo los burócratas, desde la semana pasada?

SORPRENDE que pocos lo sepan. Celebramos un aniversario más de la promulgación de la Constitución. Después de la Revolución de 1910, como consecuencia del gran desorden que prevalecía y ante el deterioro de las instituciones, México necesitaba fortalecer su sistema político para garantizar la seguridad de las personas y su patrimonio. En este contexto histórico el presidente Venustiano Carranza, convocó al congreso en 1916 para presentar un proyecto de reformas a la Constitución de 1857. El documento sufrió numerosas modificaciones y adiciones. La nueva constitución se promulgó el 5 de febrero de 1917 en el Teatro de la República de la ciudad de Querétaro. Así que el próximo año nuestra carta magna cumplirá un siglo de vigencia. Cien años de normas jurídicas como la división de poderes en Ejecutivo, Judicial y Legislativo. Éste último se dividió por primera vez en cámaras de Diputados y Senadores. Se ratificó además el sistema de elecciones directas y anónimas y se decretó la no-relección, se creó el municipio libre, y se estableció un ordenamiento agrario relativo a la propiedad de la tierra. Esta constitución reconoce las libertades de culto, expresión y asociación, la enseñanza laica y gratuita y la jornada de trabajo máxima de 8 horas.

ESTA Constitución que, promulgada en 1917, es la que rige México hasta la fecha. Cien años después, resulta una ordenanza con muchos añadidos y parches.

LOS estudiosos de la jurisprudencia, ante la cercanía del primer siglo de la Carta Magna, insisten que, ante tantas reformas, adiciones y modificaciones -se habla de más de 400- es necesaria una nueva constitución.

CIERTO, es necesaria una nueva Carta Magna, pero mientras deciden, es necesario insistir en lo que todos quisiéramos, que no haya más violaciones e incumplimiento de la máxima ley. Que las instancias de poder se sujeten a las normas constitucionales. Ahora que si la vigente ya es casi centenaria, una nueva Constitución en 2017 debería diseñarse con la mirada puesta en los próximos cien años. Una nueva Constitución de avanzada, adecuada al México del siglo 21.